Mercado de Almas

mercado de almas

Con el aumento de lo mediático se entronaron y se impusieron a los seres humanos necesidades de todo tipo.

La mayoría de estas necesidades, por no decir todas, son artificiales, sin embargo, generan la paradoja que jamás se podrán satisfacer. Por más que insistamos en ir tras ellas, son inalcanzables. Es un sistema implantado de felicidad “a completar”, que acumula nuestros fracasos por lograr tener algo, que supuesta-mente nos dará felicidad.

Además, el sistema que genera las necesidades esta fundamentado en su volatilidad, se esfuma a velocidades incompatibles con la obtención de las metas. Es un sistema que cambia permanentemente , todo es efímero,  pero a la vez cerrado, ya que no se permite nada ni nadie que sea distinto.

Todo existe a partir del fracaso.

La función que cumplen estas necesidades es alejarnos de lo primordial: la felicidad no es material. La transforman, y la identifican con los bienes, cuándo en realidad el estado de máxima felicidad es no necesitar. Es un mercado del dolor, conformado a partir de lo inalcanzable.

De tal magnitud es qué se lo enmarcó bajo el término «globalización», que al separarlo de su discurso integrador vemos que funciona con la misma lógica de la económica neo-liberal. Es una nueva versión del mercado de capitales, solo que incluye emociones y sentimientos humanos, claro que siempre las pérdidas son ajenas, el dolor siempre es del otro.

Todo tiene su precio.

Hoy las emociones y sentimientos de los seres humanos son susceptibles de tomar un mayor o menor valor, dependiendo de su ubicación geográfica y de la estrategia de comunicación, así podemos ver en la pantalla del televisor imágenes de la matanza en Egipto que trasmite en «vivo» una cadena de noticias, y de pronto, durante el transcurso de una pausa comercial, la etiqueta roja de la famosa gaseosa de color negro, ahora es verde. Es así de versátil el dolor ajeno.

Hay Besos y besos.

Cuánto pude cotizar en las bolsas de valores mundiales el dolor de un niño desnutrido y sucio de África?

Para él que lo sufre, demasiado ya que es su vida. Pero muy poco, casi cero, para este mercado globalizado e impersonal que funciona por oferta y demanda. Pero si la imagen de ese niño pasa a ser la cara visible de un programa internacional de la Unicef contra el hambre, eso ya tiene otro precio. Como explicar a esas personas que sufren hambre, que carecen de valor comercial para las empresas multinacionales.

No se ven porque no lo muestro. Por lo tanto, no existen.

Es un proceder en apariencias tan impersonal pero tan dirigido y pensado para transformarnos.Todos por acción u omisión lo hacemos funcionar, es allí dónde radica su éxito. Estamos ante una nueva constitución mundial. Solo lo que se ve, o te muestro, tiene valor. Cuántos cuerpos que viven perdidos por el mundo buscando en vano un espacio para su deseo, quedan en el camino. Cuántos niños sin alimentarse.

No tienen límites.

Debo decir que me pareció muy acertado el comentario de Pablo, el que transcribo en su parte pertinente:

“Necesitamos con urgencia crear una herramienta diferente que haga saltar por los aires los cimientos programados”…

No puedo mas que estar en total acuerdo con lo que dice, y agrego, que la hora de la queja ya pasó.

¿Pero será la búsqueda de una herramienta diferente lo que necesitamos ?

O tal vez cada uno de nosotros sea «herramienta», pero no lo sabemos. Será que esta tan a la vista que nos parece imposible que así sea.

Nos hacen razonar que 7.200 millones de seres humanos es un numero elevado, cuando en realidad es un número insignificante para este universo. La base del éxito de los que nos dominan está en que somos educados para que solos nos separemos de nuestros semejantes, generando distancias que nos cuesta acortar, nos desarrollan al máximo lo que pienso que soy. 

Así crecemos, convencidos de que para alguien seré necesario, pero por desconfianza nos aislamos.

Esto es recíproco, recibo lo que doy.

Esa es la trampa, así no somos nada, dejamos de existir.

Acerca de Miguel

El presente es sucesivo y dinámico, nunca somos propietarios de nada y no existe una palabra para denominarlo correctamente. Algúnos de mis escritos y experiencias podrás verlos en dicotomiasospechosa@wordpress.com
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4 respuestas a Mercado de Almas

  1. Loe dijo:

    Bonito artículo, Miguel.
    Un abrazo

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  2. wolfman dijo:

    Al final, el cordon umbilical que son sujeta a ese sistema al que aludes es la atecion que prestamos a sus trampas y como nos dejamos acunar o bien por ellas o bien por su rechazo.

    Al final ese cordon umbilical no se rompe nunca porque seguimos empeñados o bien en comer atraves de el o bien en protestar, hacer evidente su imperfeccion, su manipulado uso, la esclavitud a la que nos somete mediante la sensacion de hambre que no nos sacia.

    Esta bien que dediquemos energias, palabras y tiempo a desvelar lo evidente, pero si apartaramos nuestros esfuerzos de la descripcion de lo que nos ata y nos centraramos en vivir lo que nos libera, poco a poco la sensacion de hambre desapareceria y el cordon umbilical se secaria ya que no lo utilizariamos.

    Es cierto todolo que apuntas en tu escrito, totalmente cierto, pero yo hace algun tiempo que dejo estas pataletas (como la ultima entrada de mi blog) para eso, desahogo de un momento, y utlizo mi energia y mi tiempo para observar mi entorno, la belleza que me rodea, todo lo que siendo tan evidente como lo que tu nos revelas en tu escrito dejamos pasar por prestar atencion al latigo que nos atemoriza.

    Los golpes me siguen cayendo, los latigazos siguen haciendome heridas, pero el agua del rio me limpia de todo el veneno que me vierten dia a dia desde todos los lados, el viento ventila el edor de la basura con la que intentan saturar mi vida y el sol seca las malas hierbas que siembran en mi camino.

    Un besazo

    Pablo

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    • Miguel dijo:

      Es permanecer, sin abrir juicio.
      Pablo, creo que durante la contemplación nos acercamos a la realidades más profundas.
      Es la posibilidad que nos da la vida para que en ese silencio interior descubramos la cesación de todo intento de entender las cosas, a los demás y a nosotros mismos.

      Abrazo

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